Salvo el Crepúsculo - Julio Cortázar

Cortázar, uno de los mejores escritores de este siglo, y quizá, dentro de aquellos de todos los tiempos, no solamente se desenvolvió dentro de la literatura en los géneros de cuento y novela, también lo hizo en la poesía, aunque no se le tenga tanto reconocimiento como en los anteriores. Pero fue dentro de este estilo que encontró el espacio para poder escribir, ya no historias, narraciones, ideas o pensamientos, sino más bien todo aquello que venía desde muy dentro suyo, desde su sangre y sus vísceras; el lado más personal del argentino basado en sus sentimientos expuestos al límite. Pero al final, de eso trata más que nada la poesía, ¿no? De explorarse uno mismo, de perderse y, quizá, si se tiene un poco de suerte, poder encontrarse de vez en cuando en algún callejón sin salida, después de haber deambulado por multitud de laberintos que llevan desde la vida a la muerte y desde un amanecer hasta su crepúsculo.

DESPUÉS DE LAS FIESTAS

Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,

qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,

eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.

Esta antología de poemas resulta ser el último libro publicado mientras Julio Cortázar aún vivía, y es aquí, como en una forma de despedida, que el escritor dice adiós a todas aquellas cosas que fueron parte de su día, a todas aquellas cosas que amó, pero que también perdió, sus cariño a Buenos Aires, la melancolía que le traen las lejanas calles de París en donde alguna vez vivió y que solía recorrer a medianoche junto a su entrañable Maga, sus viejos amores, la música que más le inspiró como el tango y el jazz, los escritores que más admiró, las edades y tiempos perdidos, la belleza encontrada, la justicia que más le parecía justa exigir, las personas que más le marcaron y las permutaciones que se le fueron presentando en la vida.

LOS AMIGOS

En el tabaco, en el café, en el vino,
al borde de la noche se levantan
como esas voces que a lo lejos cantan
sin que se sepa qué, por el camino.

Livianamente hermanos del destino,
dióscuros, sombras pálidas, me espantan
las moscas de los hábitos, me aguantan
que siga a flote en tanto remolino.

Los muertos hablan más, pero al oído,
y los vivos son mano tibia y techo,
suma de lo ganado y lo perdido.

Así un día, en la barca de la sombra,
de tanta ausencia abrigará mi pecho
esta antigua ternura que los nombra.



FINAL

Así, cuando la vida rezagada
retorna leve, apenas en el paso
breve de un aire, de una nube, un vaso
que irisa al sol la curva de su nada,

así, grisalla de la madrugada,
sombra del ave por el cielorraso,
menos que imagen o recuerdo, paso
del beso por la boca ya olvidada,

te contemplo, naciendo de la ausencia,
halo de juego de agua donde juegas
con la infancia liviana del reflejo,

y alza otra vez su duro ser tu esencia
sobre esta soledad donde me entregas,
oh amor, la vana entrega del espejo

Cuando por primera vez se publicó “Salvo el crepúsculo” en 1984, se hizo sin que Cortázar llegara a corregir las pruebas de imprenta. Pero es en esta nueva edición que nos ofrece Editorial Alfaguara, en la que se incorporan por primera vez aquellas correcciones manuscritas, encontradas después, que el autor había realizado a última hora antes de su muerte. “Tan multifacético como su autor, este libro ofrece nuevas perspectivas para ingresar a su obra y se despliega como un collage inagotable”, presenta así la editorial.

POLICRONÍAS

Es increíble pensar que hace doce años
cumplí cincuenta, nada menos.

¿Cómo podía ser tan viejo
hace doce años?

Ya pronto serán trece desde el día
en que cumplí cincuenta. No parece
posible.
El cielo es más y más azul
y vos más y más linda.
¿No son acaso pruebas
de que algo anda estropeado en los relojes?
El tabaco y el whisky se pasean
por mi cuarto, les gusta
estar conmigo. Sin embargo
es increíble pensar que hace doce años
cumplí dos veces veinticinco.
Cuando tu mano viaja por mi pelo
sé que busca las canas, vagamente
asombrada. Hay diez o doce,
tendrás un premio si las encontrás.
Voy a empezar a leer todos los clásicos
que me perdí de viejo. Hay que apurarse,
esto no te lo dan de arriba, falta poco
para cumplir trece años desde
que cumplí los cincuenta.
A los catorce pienso
que voy a tener miedo,
catorce es una cifra
que no me gusta nada
para decirte la verdad

Es así que “Salvo el crepúsculo” se vuelve el testamento que deja Cortázar, reafirmando, por si quedaba alguna duda, la calidad literaria que siempre vivió en él, su estilo libre, sus propias reglas (o mejor dicho, sin regla alguna), la mezcla cultural sudamericana-europea, la unión de los idiomas, la imaginación juguetona de un hombre inteligente, combinar la poesía con la prosa, escribir sin miedo ni ataduras, saltar al vacío para cazar palabras libres al aire y acomodarlas de tal forma, sobre la arena o la piedra, que se deje algo escrito en el mundo y para el mundo, para ser recordado y para seguir teniendo vida su voz.
Cortázar, en realidad, jamás nos abandonó; solamente pasó al otro lado… allá… donde se acaba el crepúsculo y comienza algo, quizá muy parecido a la poesía…

PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA

Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amás
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caída la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo blando corazón
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.

UNA CARTA DE AMOR

Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo

porque en el fondo es todo

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso que es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.


(Fuente: https://alegato.com.mx/2018/09/20/resena-salvo-el-crepusculo-de-julio-cortazar/)

El Autor:
Julio Cortázar nacido en Bruselas en 1914, durante una estancia temporal de sus padres en esa ciudad, es uno de los escritores argentinos más importantes de todos los tiempos. Realizó estudios de Letras y de Magisterio, y trabajó como docente en varias ciudades del interior de Argentina. En 1951 fijó su residencia definitiva en París, desde donde desarrolló una obra literaria única dentro de la lengua castellana. Algunos de sus cuentos se encuentran entre los más perfectos del género. Rayuela conmocionó el panorama cultural de su tiempo y marcó un hito insoslayable dentro de la narrativa contemporánea. Cortázar murió en París en 1984.