Pedro Marchetta ya no dirige, pero su memoria trabaja como si estuviera aún al frente de Talleres, Belgrano, Racing, Instituto y Juniors. Como si estuviera por hacer historia nuevamente con Rosario Central. O siendo llamado por su amigo y hermano , Alfio Basile, para asesorarlo sobre decisiones en la selección y capaz de decirle a César Menotti que aunque se enojara él había cambiado y usaría el pizarrón.
Táctico y estratega, pero cabulero como nadie, motivador de propios al punto de convencerlos de que podía ser el mejor e irónico con los rivales por más caracterizado que fuera (“Carrario, a Ruggeri lo pasás como alambre caído”); héroe en Rosario, pero “cordobés” por adopción, es el mismo que le dio la mano a Perón, recibió uno de los últimos pedidos del “Polaco” Goyeneche y fue autor de un diálogo increíble con otro “Negro” como Fontanarrosa.