SILLITA REPOSERA DE TELA BLANDA
Insolación de la tarde, instante uno de tu vida. El sol de la siesta. El mundo alto y la espalda ocupada en su descanso. Los pies en el aire. Cierto olor a baba, a tierra seca de patio. Voces que no dicen, palabras antes de su sentido. Memoria personal vacía. El ser, más grande que la conciencia.
SÁBANAS QUE SE MOJAN SOLAS
De madrugada, el mismo sueño. Recordás que hay algo importante que no debés olvidar. ¿Bajarse la bombacha? Pero el calor entre las piernas no es soñado, se impone acá, en tu cama. La realidad es material y huele a pis. Eso era lo que no debías olvidar. Despertar e ir al baño. Pero siempre llegás tarde. Ahora, sin prender una luz, tanteás el volumen del inconveniente. Si no es mucho, toalla. A veces, hay que prender la luz del pasillo. Y en puntas de pie, remplazar el sudario. Rezos para que, en la mañana, nadie sepa.